Gastronomía
Son tradicionales los platos de caza, tales como la perdiz escabechada, codornices estofadas, paté de liebre, conejo al ajillo o a la cazadora.
Otros platos típicos son las migas, las gachas de harina de almortas, los grañones, el tiznao de Madridejos, la gallina en pepitoria, mojete de campo y mojete de matanza.
La elaboración de quesos manchegos y las flores, torrijas y rosquillas de la Mancha son de destacar por su gran calidad.
LOS CHICHARRONES: Juegan un papel muy importante en nuestra cocina. Son tacos de pan, cortados en cuadraditos que se fríen. Aunque actualmente casi no se hacen, antes eran muy cocinados, sobre todo en platos típicos como las gachas, las sopas cabreras o el mojete, donde se rehogaba la cebolla en aceite, para después añadir huevo bien batido. Los chicharrones eran el último componente, cuando se apartaba la comida del fuego porque así conservaban su dureza y sabor. ¡Qué rico!
ENSALADA DE JUDÍAS: El primer paso para hacer la ensalada era cocer las judías. A continuación se añadía cebolla cortada y se aliñaba con un chorrito de aceite y vinagre. La ensalada resultaba más completa con otros ingredientes como el tomate, pero este sólo se podía comer en temporada.
SOPAS COMINAS: Los ingredientes necesarios son pan, aceite, ajos, pimientos y sal, con sus correspondientes cominos. En el aceite caliente se rehogaban los ajos y los pimientos, con un poquito de sal. Después se añadía agua, se echaba una cantidad suficiente de cominos, según el gusto del cocinero y se ponía pan, cortado en rebanadas finas. Se dejaba cocer a fuego lento.
Como caso curioso contaré lo que le pasó a un padre y un hijo que llegaron a un chozo de pastores que estaban comiendo sopas. El hijo le dijo al padre: “Si tuviéramos aceite, ajos, pimientos y sal, haríamos unas sopas, pero lo que nos falta es el pan”.
Entre nuestros postres ha desaparecido el requesón, producto procedente del suero. Los ganaderos eran los encargados de hacerlo, para aprovechar toda la riqueza de la leche, en especial la de oveja. Si se añadía un poco de miel, resultaba un manjar incomparable.
ARROZ CON LIEBRE: Este plato se cocinaba frecuentemente, acompañado de setas, ajos y un pimiento frito seco. Sobre el fuego se colocaba la sartén con aceite. Cuando este estaba caliente, se freía el pimiento seco para dar más sabor y se retiraba. En el mismo aceite se rehogaban los ajos y las setas, después se echaba la liebre y el pimiento frito machacado. El último paso era añadir el arroz y el agua. Se dejaba cocer 1 8 minutos. Se dejaba reposar y estaba listo para servir. La carne podía ser de varias especies y también se echaba perejil y tomillo.
PATATAS FRITAS CON LECHE:  Los ingredientes eran patatas, ajos, aceite, pimiento y leche. Las patatas se cortaban estrechitas, en láminas, como para hacer la tortilla. Cuando se calentaba el aceite, se freían las patatas hasta que estuviesen doraditas, sin llegar a quemarse. Después se le añadían los ajos, se echaba un poquito de pimiento y se cubría todo con leche, hasta que diese un hervor.
ARROPE: Se saca el jugo de los racimos de uvas maduros y se cuece en una cacerola de barro. Se cuela y se vuelve a poner al fuego a que espese antes de guardarlo en tarros. Si se quiere que esté muy dulce, se cuece con azúcar.
PESTIÑOS: Los pestiños, al igual que los bartolos, eran un plato muy típico de Semana Santa. Los ingredientes necesarios son harina, aceite, vino o aguardiente y miel. Se amasa bien la harina con aceite y se añade el vino en cantidad generosa; se toman pequeñas porciones de esta masa, extendiéndolas hasta dejarlas muy finas, y se hacen rollitos holgados. Se echan a freír en aceite fuerte, que se aparta de vez en cuando del fuego para que no se caliente demasiado. El toque final es pasar los pestiños por miel.
COCIDO: Los garbanzos se echan en agua y algo de bicarbonato el día antes. Para preparar el cocido, además de los garbanzos se necesitan patatas, zanahoria (u otra berza), carne de pollo o cerdo, dos cucharadas de aceite, un trozo de rancio”, algo de colorante, una chorreada de limón, agua y sal.
Se ponen todos los ingredientes en una olla y se deja hervir todo el contenido. Hoy en día es mucho más fácil porque contamos con la ayuda de la olla a presión, que nos permite tener hecho el cocido en 40 minutos. Con el caldo se puede hacer una sopa de pan o de fideos.
LOS USOS DEL COCIDO: Antiguamente, el cocido llevaba menos ingredientes que los que se echan ahora. Junto a los garbanzos, se echaba un poco de tocino y morcilla. A veces se echaba algo de carne de oveja y, como mucho, algo de morcilla. La gallina no era un ingrediente habitual, sólo si daba la casualidad de que se había matado alguna. Con el caldo se hacían unas sopas recociditas en cazuela de barro, con un huevo. Si sobraba verdura, tal como garbanzos, judías verdes, patatas o acelgas, se freían con ajo, sal y huevo; esto es lo que se llamaba “ropa vieja”.
LA CATA:
  Para hacer la cata, se toma un pan redondo y se corta una orilla a la que se le quita la miga. La cata salada se hacía echando en la orilla de pan tomate, cebolla picada, un chorrito de aceite y sal. Solía formar parte del desayuno. A veces, en vez de la cata, se desayunaba un mojete de tomate o chorizos fritos con torreznos. La cata dulce se hacía para merendar. Se tomaba la orilla del pan, se desmigaba y se echaba vino y azúcar.
CARNE DE MEMBRILLO: Los membrillos se escogen que sean pequeños y redonditos; se lavan y se cuecen hasta que estén blandos. Se apartan del fuego, se mondan, se cortan en trozos y se majan hasta hacer una pasta fina. A la pasta se le añade azúcar y se pone al fuego, sin dejar de remover. Cuando se desprende de la cacerola se echa en una fuente y se deja enfriar.


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