Etnología
Juegos - EL CIRIO
Este era un juego que se hacía casi siempre cada uno por su cuenta,
pero que también se podía realizar en grupos, pero que casi nunca se hacía.
Lo primero era elegir sitio donde practicarlo, que podía ser en una calle
larga, o en las plazas del pueblo. A un trozo de palo de unos 14 centímetros
de largo, se le sacaba punta en los dos lados como a los lapiceros, que se
le llamaba CIRIO. Había que preparar otra vara más larga de unos 70
centímetros, Se ponía el CIRIO en el suelo, y con el palo largo se le daba a
la punta de lapicero de la parte delantera, que entonces saltaba a una
altura aproximada a un metro, dándole con la vara y mandarle lo más lejos
posible. Desde este punto donde había llegado el CIRIO, se hacía una segunda
vez para que fuera aún más lejos. Desde este lugar, una tercera vez, y
entonces ahora donde caía, era el sitio definitivo, donde se hacía una señal
en el suelo para saber donde había llegado. Se volvía al sitio del
principio, para que empezara un segundo jugador. De igual forma iban tomando
parte todos los componentes del juego. Como es natural, el ganador era el
que había conseguido llevar más lejos el CIRIO. Lo peor era si en el sitio
donde realizaban el juego había a los lados ventanas y balcones con
cristales, pues si el CIRIO salía derecho calle delante, iba bien la cosa,
pero si se dirigía a alguna ventana el cristal se hacía añicos, y el campo
de juego se quedaba totalmente desierto por sí salía el dueño del cristal
roto, esto anotado no era una suposición del que escribe estas notas, es que
da la coincidencia que a mi me había ocurrido.
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