Etnología
Juegos - TROMPO, PEÓN o PEONZA
Eran de madera de la forma de una fruta de pera, que en vez de llevar
el pezón-rabito como ésta, era un rejo de hierro, pero como era tan pequeño
y no estaba afilado, muchos los llevaban a los herreros para les pusieran
uno más grande y bien afilado. También vendían unas cuerdas, para con una de
éstas enrollar desde la punta del rejo y llegar hasta la mitad del TROMPO.
Le tiraban al suelo, y el que lo hacía se quedaba con la punta de la cuerda
en la mano, que al desenrollarse, el trompo se ponía a dar vueltas (bailar).
Este trompo era el principal protagonista del juego. Un grupo de 3,4, 5 o
más chicos que tenían un PEÓN, marcaban un redondel en el suelo de unos dos
metros de diámetro, para que cada jugador fuera tirando sobre el centro el
TROMPO. Al mismo tiempo que daba el rejo en el suelo, era tirar la cuerda
para llevársele fuera del círculo marcado. Si lo conseguía no pasaba nada,
pero el primero que se quedaba dentro, había que dejarle hasta que se parara
donde fuese, pues éste era el perdedor. Con la "buena intención" de poderle
dar con el afilado rejo de cada uno y hacerle "una cocá" que era una buena
señal en la madera. Si al recibir uno de estos porrazos se le sacaba del
redondel, entonces quedaba libre, por lo que se terminaba el juego, teniendo
que empezar nuevamente como a lo primero, que algunas veces solía ocurrir,
que el primero que había perdido lo fuera luego en el segundo.
VARIANTE:
En este tomaban parte los más "riquetes" o los que tenían más vicio, pues era jugarse el
dinero. Marcaban un redondel en el suelo, también de unos dos metros de
diámetro. Cada jugador sacaba una perrilla, moneda del valor de 5
céntimos, para desde el centro del redondel, tirarla para ver quien se
aproximaba más a una raya que también habían marcado a unos cuatro metros
de distancia. La más cercana era el primero, y la que quedaba más retirada
era la última. El jugador de esta moneda se encargaba de echarlas todas
dentro del círculo lo más en el centro posible, para dejarlas retiradas de
la raya del mismo. El que resultó ser el primero, tiraba el TROMPO al
suelo para hacerle bailar, que poniendo el dedo índice por un lago y el
dedo corazón por el otro, por la ranura de los dos conseguía que se
subiera el TROMPO a la palma de la mano.. Se agachaba, y poniendo la mano
cerca de la moneda, tiraba el TROMPO con suavidad, para que con el rejo
empujara a la perrilla en el borde y la fuera sacando del círculo. Le
volvía a coger y otra vez a hacer lo mismo. A esto se le llamaba "dar
rejás". Luego otra vez el TROMPO sobre la palma de la mano pero con poca
fuerza, le daban vueltas como batiendo alguna cosa, para tirarle sobre el
borde de la perrilla y darla con la coronilla, y de esta forma para fuera,
que a esto se le llamaba "bolazo". Generalmente los TROMPOS que bailaban
mejor conseguían dar tres "rejás", pero muy pocos, pues la mayoría
conseguían dar dos "rejas" y el "bolazo". Tenían algunos jugadores tal
cálculo y tino cuando tiraban por primera vez el TROMPO, que muchas veces
era dar a la moneda y sacarla fuera, llamándolo "al vuelo". Todas las
moneda que conseguía sacar eran las ganadas para él. Como era natural, el
primer jugador no las ganaba todas, por lo que entonces le tocaba al
número dos, y así sucesivamente los demás, si antes no las habían sacado
los primeros, pues en cuanto las sacaban todas, se terminaba el juego, y
otra vez a empezar otra partida. Había también que a pesar de dar "rejás"
y el "bolazo", no conseguía sacar ninguna perrilla.- También ocurría que al
tirar por primera vez el TROMPO para hacerle bailar, en vez de dar el rejo
en el suelo, lo hacía con la tripa y no bailaba, y a esto también se le
llamaba "bolazo". No por ello volvía a tirar, pues perdía la vez y pasaba al
siguiente.
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